martes, 19 de agosto de 2014

Day of the Tentacle (1993, DOS)


Plataforma: PC
Género: Aventura Gráfica
Año: 1993
Desarrolladora(s): LucasArts
Textos: Multi



Hora de hacerle verdadera justicia.

En 1987 LucasFilm publicó un juego novedoso llamado Maniac Mansión. En dicho programa el jugador debía resolver problemas y tratar con enemigos, pero la diferencia residía en que todos los acertijos tenían múltiples soluciones y los personajes hostiles no podían ser aniquilados, sino que debían ser burlados con ingenio. Además de ello, el juego en si podía resolverse de diferentes maneras, dependiendo de las elecciones que hiciera el usuario. Maniac Mansión ofrecía una experiencia diferente a todo lo que se veía acostumbrando hasta entonces: el jugador no tenía la capacidad de matar, pero podía morir.

Seis años mas tarde -en 1993- llegó la esperada secuela: Day of the Tentacle.

Pero antes de empezar a hablar de ella, quiero comentar algo -que quizá muchos no estarán de acuerdo- Day of the Tentacle es de por si un gran juego (de hecho, lo considero imprescindible), pero es, a su vez, una pésima secuela. Porque veamos, en 1993 había corrido bastante agua bajo el puente en LucasFilm... mucha de la misma gente había dejado de trabajar allí (entre ellos, los responsables de la precuela) y por ende, urgía la necesidad de demostrarle al mundo que podían seguir adelante sin sus estrellas (Ron Gilbert incluido). Sacar un éxito ahora rubricaría el nombre de la compañía, y solidificaría definitivamente el aprecio de los fans.

El juego es diametralmente opuesto a lo que fue su primera parte. Y esto ya no lo entiendo, ya que una cosa es el temor a parecerse y otra muy distinta el romper la continuidad. La familia Edison por ejemplo, aparece poco y casi de rebote en la historia; debemos provocar la mayoría de los diálogos con ellos, y han perdido gran parte de su carisma inicial... los graciosos enemigos de la primera parte vienen aquí a jugar el rol de segundones ocasionales, y realmente tienen poco que aportar a la experiencia (casi como los skaarj en Unreal 2). Otro problema es el de los puzzles: la mayoría de ellos tienen una única resolución y ahí termina todo. De nuevo, muy por debajo de lo que fue la precuela. Y el último punto que deseo tratar, fue precisamente el que mas me jodió a mi: de todos los personajes explotables que se usaron en 1987, solo Bernard repite su aparición, lo que considero un gran error; porque no importa cuanto te guste un juego, todos tenemos nuestros gustos, y me hubiera encantado probar otras combinaciones en un ambiente mas fresco como el que prometía ser este. Se hubiese ganado mucho dotando a Jeff de un gran sentido del humor, invirtiendo en las historias de Razor y Wendy, o quizá incluso poniendo a Sandy como personaje jugable... ver que fue de ellos luego de la experiencia en la mansión. No expandir sobre ellos fue un desacierto, incluso si Laverne y Hoagie cumplen de maravilla con la función -y lo hacen-.

Ojo, el juego tiene cientos de atributos positivos, pero debemos trazar una linea, ya que quien venga con pretensiones de jugar «Maniac Mansión 2» saldrá escaldado.

La historia cuenta que un buen día, los dos tentáculos pertenecientes al doctor Fred se encontraban paseando a su aire por las afueras de la mansión, cuando de repente al morado le da una fuerte sed, a la que decide saciar con el viscoso fluido de una cercana cañería. A pesar las advertencias de su verde par (que escucha e ignora) el tentáculo morado bebe ferozmente el extraño brebaje. Segundos mas tarde éste mismo empieza a convulsionar, y le surgen dos extremidades como brazos; acto seguido declara sentirse mas fuerte, agresivo e inteligente, debiendo conquistar el mundo.

Tiempo después la bola-hamster de Ed Edison llega a la casa de Bernard con una nota manuscrita por el propio tentáculo verde, el cual explica el trastorno de personalidad de su compinche, pidiendo ayuda (además agrega que el Dr Fred piensa matarlos a ambos). A partir de allí, el nerd (junto a sus amigos) se sube al coche con premura, y comienza una divertida secuencia animada que muestra el avance de nuestros héroes hacía la mansión.

Una vez allí, el trío acuerda -junto al doctor Fred- usar las maquinas del tiempo del científico, para evitar que el tentáculo morado pueda beber los deshechos radiactivos. Pero por desgracia, el mecanismo falla al usar un diamante de imitación, por lo que Laverne es escupida doscientos años en el futuro, y Hoagie queda varado doscientos en el pasado.

Ahora a todo el meollo inicial, se suma una dificultad añadida: los tres protagonistas deben volver a coincidir en el presente para recién ahí viajar al pasado y detener al villano. Aquí es cuando Day of the Tentacle empieza a brillar con luz propia. Porque las tramas de viajes en el tiempo suelen arruinarse con fulminante velocidad, ya que sus autores intentan sobre justificarlas -añadiendo mas y mas elementos que se cubran entre si-, y por ende el resultado es poco creíble... pero aquí las acciones consiguen ser simples, lógicas y entretenidas a partes iguales, lo que sin lugar a dudas tiene su mérito. Mi efecto favorito es el que se usa para conseguir vinagre.

Los personajes alteran sutilmente su propia realidad sin reflexionarlo demasiado; lo que da lugar a situaciones como la desaparición de un árbol o el cambio de perfil de una estatua. Son pequeñas ramificaciones de la continuidad espacio-tiempo que individualmente no significan mucho, pero que en conjunto consiguen resolver la aventura. Y ya sobre el final del juego, cuando una de estas modificaciones parece haber cubierto su lugar en la trama -y nos hemos olvidado de ella-, re aparece con mas fuerza, para saludarnos con una altanería que me sacó una gran sonrisa.

La gente encargada de estos enredados puzzles hizo un magnifico trabajo con ellos.

Y si, llegamos a ese punto que hace al DOTT tan memorable: su impecable sentido humor.

No importa como lo consiga, este juego te hará reír. No sé bien como explicarlo, ya que se la pasa alternando tópicos para sus chistes, pero sin perder la inteligencia de los mismos. A ratos esgrime un interesante humor estudiantil que no teme intercalarse con discusiones científicas sin sentido alguno, que dan paso, a su vez, a una variedad de chascarrillos históricos. Es muy amplio el espectro que abarca solo para hacerte carcajear; y no solo se trata de frases espetadas por los protagonistas, sino que además hay bastante humor físico y comedias en situación. La verdad que hay que ser de piedra para terminarlo sin sonreír ni una vez. De mas está decir que se trata del punto culminante del juego.

El juego ocupa una versión mejorada y simplificada de lo que fue el motor SCUMM. Aquí se redujo el número de opciones clickeables por el jugador para dar paso a un entorno mas gráfico y fácil de manejar; se hizo hincapié en la navegación entre los objetos, y su combinación con el entorno y los personajes. Pero esto no quiere decir, sin embargo, que las opciones no bindeadas se hayan perdido ya que -por ejemplo- «IR» a una puerta, normalmente significa también «Abrirla» con el mismo movimiento. Es la clase de interfaz que se viene manejando desde aquel lejano 1987, pero adaptada a los gustos estéticos de la época (sin mencionar que es ahora infinitamente menos arisca para con los novatos).

Si sos -como yo- un amante de las caricaturas, entonces los gráficos te harán sentir como en casa. Están dibujados y animados con pinceladas desmedidas y sin seguir una única linea, lo que hace que el mundo del DOTT nunca deje de sentirse «vibrante» y «fuera de lugar», a los personajes probablemente les sobren asimismo algunos ciclos de animación para moverse y caminar pero... de eso se trata. Hay pocas áreas oscuras -y por lo general- disimuladas; los colores primarios brillan por todo lo alto para contrastarlas, y las formas extravagantes no temen hacer su aparición. Estos dibujos ponen tan alto el listón, que es simplemente irresistible el quedarse perdido por alguna habitación saboreando los detalles, viendo que clickear y que no... y por supuesto, intentando provocar reacciones con ellos.

La música nos acompaña a cortos tramos por la aventura, contando con pocos temas, y en general, sobre utilizados. La banda sonora no está mal, pero no le hubiese venido mal un poco mas de variedad o mesura (probablemente ambas). Los efectos de sonido siguen la misma linea, siendo mayormente las mas básicas onomatopeyas del cine de comedía y animación... solo que aquí sobran, porque los chistes no son ni de cerca tan estúpidos como para necesitar ser reafirmados por estos. Quizá usados con un poco mas de criterio hubieran funcionado mucho mejor... pero bueno, ahora mismo están bastante bien (aunque no me hayan hecho bailar polca en una pata). Hay voces también, todas ellas de gran calidad.






En conclusión: Este es un juego que TENES que jugar (que no te quepa duda de ello). Pero -si tenes un buen oído para el inglés- bájate por favor la versión CD del mismo... aumenta por diez una experiencia ya de por si memorable. Nada mas que agregar, disfrútalo.

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